martes, 2 de septiembre de 2008

Comunicando...




Mi novio está comunicando.



-Ya no es tu novio. Empieza de nuevo, Miriam.

-Joe, ya que me has quitado las ganas de escribir.

GAME OVER





...15 minutos más tarde...





Mi ex está comunicando. Eso intento decirme a mí misma. Y a ratos me lo creo, y casi puedo sonreir con normalidad y tomarme una Cocacola sin acordarme de él al abrirla. Porque a mi ...ex... le gustaba abrirla muy poquito, y yo siempre lo olvidaba. La pena es que entonces ya no había remedio, más que mirarle con ojitos de cordero degollado. Además, otra pena es que ahora nunca olvido abrirla a medias. Y una pena mayor es tratar de beber de ella así, por si eso me acerca más a él y me hace menos diferente, que es uno de los motivos que me dio para dejarme. Volvemos al gato que quiere ser pez de la primera entrada. Yo sería lo que él quisiera que fuera.

Somos demasiado diferentes y no compartimos más que el cine. Ese es el motivo que me dio para dejarme. Por supuesto hay otros motivos, pero esos no los pronunció, esos los he ido yo desenterrando poco a poco en estos dos meses. El principal es que yo le agobié hablando de futuro, y no atendi a su indirecta cuando me sacó el tema aquella noche en aquella plaza cuando me dijo que los plazos de mis planes no cuadraban. Otro es el muro que sin querer he creado estos seis meses entre nosotros, con mi mal humor y mi cansancio. Puede que tambien haya influido que mi ...ex... (¿Siempre será tan duro llamarle así?) tenía por delante su último verano como estudiante con sus amigos, y entiendo que quisiera exprimirlo al máximo. Incluso puede que su ilusión por irse de Erasmus le haya hecho sentir que en el mundo hay otras cosas además de mí.

Y este último motivo hace que todos los que no le conocen me digan "Se quiere tirar a media Italia". Sin embargo, por algo será que quienes le conocen, aunque sean mis amigas, ni se plantean esa posibilidad. No es que yo tenga la venda en los ojos, es que mi ...ex... es lo bastante tímido e introvertido como para no apreciar las relaciones de una noche ni encuentre la gracia del tonteo esporádico. Mi ex es un hombre de costumbres. Le gusta apostar por una chica y salir con ella. Y eso es difícil de conseguir en una Erasmus.

Y aquí me encuentro yo, enamorada de alguien que comunica. Estaba hablando conmigo cuando el cansancio me venció y el teléfono se me fue resbalando de la mano, y terminó rozando el suelo, levemente abrazado por mis dedos inertes. Entonces decidió colgarme porque le llamaban por otra línea. Y ahora está inmerso en esa conversacioens sobre nuevos intereses e ilusiones. Y comunica para mí.

Yo, por mi parte, no puedo hacer nada más que esperar a que termine esa conversación, y cruzar los dedos para que no haya una llamada en espera que coja antes que la mía, porque me queda el triste consuelo de que todo lo que nos mantiene separados ahora no tendrán sentido cuando yo vuelva (porque también yo tengo mi propio Erasmus particular) y volvamos a coincidir.

Y puede que entonces volvamos de nuevo. Y "coincidamos" en todos los sentidos que tiene esa palabra. Porque ahora es imposible, pero no hay nada que no tenga remedio más que la muerte. Y tengo un año y medio para vivir mi vida, para aprender a valorarle y darme cuenta de cómo sería la vida sin él. Luego llegará el 2010 y con él la esperanza. Y podré llamarle por si no comunica.

A ratos, cuando me siento muy positiva, recuerdo que él vuelve a nuestra ciudad cinco meses antes que yo. Y entonces sueño con encontrarme una nota en el buzón cuando llegue cargada de maletas a casa. Será una carta pequeñita, porque él no es hombre de palabras, en la que simplemente pondrá "Call me"...

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